La presencia de al menos un tic fónico constituye uno de los criterios diferenciales para el diagnóstico del Síndrome de Tourette, respecto de otros trastornos de tics. Por lo tanto, es indispensable que los logopedas cuenten con información confiable sobre el tema. El tan común tic de “carraspera”, la tos seca, chillidos, tragar, emisión de sonidos, junto con la presencia de otros tics motores, es un indicador de alta probabilidad de ST.
Lesiones en las cuerdas vocales, musculaturas del rostro y cuello, contracturas, disfonías, tartamudez, requieren la intervención de un logopeda que con conocimientos específicos podrá prevenir la agudización de los síntomas, ayudando aumentar la conciencia propioceptiva, tan importante para la regulación y disminución de los tics.