Es equivalente a la dislexia, solo que en lugar de problemas a nivel del lenguaje, se trata de una dificultad para comprender y realizar tareas matemáticas.
Entre los diferentes síntomas que se pueden observar se destacan los siguientes:
- Suelen ser más lentos en actividades de numeración, cálculo, y resolución de problemas, cometiendo errores, no llegando a terminar.
- Presentan dificultades para utilizar estrategias organizativas en la resolución de problemas.
- Dificultades frecuentes con los números, confundiendo los signos +, – , x, etc.
- Reversión de números.
- Dificultades con el cálculo mental.
- Dificultades con la orientación espacial.
- Ansiedad ante tareas relacionadas con las matemáticas.
- No suelen comprobar si sus cálculos están bien.
- Por estar comúnmente asociado a la dislexia, tienen dificultades para comprender los enunciados de los problemas.
- Permitirle hacer exámenes de manera personalizada en presencia del maestro, asegurándose que comprende los enunciados
En caso de discalculia, entre otras medidas, es aconsejable:
- Invitar al niño-adolescente a “visualizar” los problemas matemáticos, realizando esquemas, dibujos, la imaginación, dando tiempo suficiente para ello.
- Leer en voz alta los problemas en voz alta y se concentre en lo que está leyendo (leo una oración y la explica por ejemplo).
- Proporcionar ejemplos de la vida real para relacionarlos con lo que está leyendo.
- Invertir tiempo extra en la memorización de hechos matemáticos. La repetición es muy importante. Se puede utilizar la música para acompañar la memorización.
- Permitirle hacer exámenes de manera personalizada en presencia del maestro, asegurándose que comprende los enunciados.
- Utilizar tablas de sumar y tablas de restar para agilizar el cálculo mental.
- Realizar juegos de cálculo mental y utilizar juegos como dominó, parchis, etc.
- Reforzar los conceptos básicos aritméticos como significado del número, comprensión de símbolos, contar-descontar, componer-descomponer números, propiedades de cada operación, etc.
- Subrayar los aspectos más relevantes del enunciado.
- Organizar los datos parcelando el espacio físico de la hoja en diferentes zonas: datos, pregunta, representación de operaciones, resultado.
- Solicitarle que realice comprobaciones de resultado siempre.
- Utilizar cuadrículas, para facilitar la correcta alineación de las cifras.
- Confeccionar hoja autoinstrucciones para utilizarlas como hábito.
- Utilizar el reloj.
- No obligarle a copiar los enunciados de los problemas, para que utilice el tiempo en la tarea de resolución.
- En los exámenes, adaptar el tiempo de necesario para realizarlos, recordándoles que repasen las respuestas.
- Analizar en forma individual el tipo de errores realizados y transmitirle cómo puede mejorar.