Desde hace poco más de un año, soy la secretaria de Acovastta. Soy con quienes las mamis (pocas veces los papis), suelen tomar el primer contacto con la asociación. Los problemas asociados al Tourette, especialmente cuando existen problemas en el colegio, les hacen dan por sentado que sus hijos no van a lograr hacer nada. Tengo 43 años, y sí, he logrado hacer muchas cosas, tantas como tanta otra gente. Trabajo en bufete de abogados, actualmente, además de llevar mi familia adelante junto a mi marido, estoy cursando segundo de Administración y Dirección de Empresas. Soy Técnico Superior en Documentación Sanitaria. Tengo tics desde los 12 meses de vida, pero no diagnosticada hasta los 41.
A mí también me tenían «cruzada» los profesores. Ahora, desde la distancia, creo que fui una niña bastante “coñazo” a su modo de ver. Había profesoras que, directamente, cuando entraban en clase me hacían coger la mesa y ponerla al lado de la suya, para que solo pudiera mirar hacia delante, ni molestar, ni levantarme………
Mi madre tenía tutoría toooodos los miércoles, porque, según la tutora, era la única forma de tenerme controlada (tururú, cuanto más me apretaban, más ganas de cachondeo tenía yo).
En cambio, había otro profesor, Don Manuel, que también tenía un tic en el hombro, que sabía perfectamente cómo entrarme, y conseguía mi atención durante toda la clase de naturales y de pretecnología. Cuando me veía alterada, simplemente hablaba conmigo con una sonrisa y yo me relajaba.
Así que, si sabemos que los partes, puntos negativos, notitas, etc, de nuestros niños Tourette son por “no estar sentados y quietos”, no hagamos caso.
Demos importancia a otros comportamientos, no a éstos. Sé que , de cara a los profesores, puede parecer que pasamos del tema, pero realmente no es así, es solo que:
«si sin gafas no veo, pues me las pongo. Entonces, si me muevo, atiendo…¡pues me muevo!. Si pretendes que me quede quietita, estoy tan concentrada en no moverme, ¡¡¡¡que no me entero de ná!!!!»