Desde la asociación de la Comunidad Valenciana de Síndrome de Tourette y trastornos asociados, queremos manifestar nuestro profundo rechazo, en relación a los hechos ocurridos el pasado 14 de marzo en la ciudad de Valencia.
Eduardo, que tiene Autismo y un 67% de discapacidad intelectual, fue expulsado de un autobús de la EMT porque al parecer las estereotipias (movimientos repetitivos y sonidos que produce de forma involuntaria) que tiene incomodaron a alguien dentro del autobús.
De acuerdo con las fuentes periodísticas que hemos consultado (Cadena Ser, Diario las provincias, Diario el levante) el conductor de la EMT València (debido a que al menos una pasajera le alertó) le mandó que se callara y le amenazó con llamar a la Policía Local de Valencia, amenaza que cumplió, según él, cumpliendo con el protocolo.
Dos agentes subieron al autobús y procedieron a bajar por la fuerza al hombre de 36 años, con los brazos en la espalda. Una vez en la parada, le obligaron a vaciarse los bolsillos y le cachearon. Tras esta intervención policial, los agentes dejaron a esta persona solo en este lugar y se marcharon, indican los denunciantes, en un lugar desconocido para Eduardo.
La víctima de esta discriminación pudo, por fortuna, llegar a su casa y contar lo sucedido. A partir de estos hechos, Eduardo tiene mucho miedo a salir de su casa solo y debieron aumentar la medicación.
La familia ha presentado una queja ante la EMT y una denuncia ante la Policía Nacional. Quieren saber con exactitud «qué ha pasado y porqué ha pasado». Por ende, buscan que lo ocurrido a Eduardo «no le vuelva a pasar a nadie porque hay unos protocolos de actuación que han fallado: Estos agentes y el conductor han mostrado una falta de empatía total».
Tanto las estereotipias como los tics son movimientos y sonidos involuntarios que forman parte de los trastornos del neurodesarrollo, son muy frecuentes en los trastornos del espectro autista y el Síndrome de Tourette, que muchas veces se presentan juntos en una misma persona.
El colectivo de las familias y afectados con Síndrome de Tourette de Acovastta estamos indignados con los hechos ocurridos. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad están obligados a conocer, y utilizar, protocolos específicos para tratar a personas diagnosticadas con TEA y trastornos disruptivos. Necesitamos que la ciudadanía conozca más estos Síndromes a partir de campañas de difusión en los medios de transportes y en todos los espacios públicos. No se puede lograr el respeto hacia los colectivos con diversidad funcional si no hay conocimiento ciudadano sobre sus características.
Es frustrante saber que servidores públicos, que están formados y que cuentan con protocolos de actuación para estos casos, no los hayan puesto en marcha. Pero es más grave aún la falta de empatía que tanto unos viajantes molestos, chófer y personal de policía local han tenido en este suceso. Una empatía que hubiera evitado que todo esto ocurriera.
Llegados a este punto necesitamos plantear una serie de reflexiones:
Referente a la persona que se quejó al conductor: ¿Realmente pensó que era una conducta hecha a propósito? ¿Con afán de molestar? ¿Por qué no se levantó simplemente y se fue a otro lugar del autobús? ¿No pudo pensar por un momento que esa persona podía tener una discapacidad? No, claro que no, no supo. Sólo supo mostrar su molestia. ¿Tendrá una discapacidad emocional o de valores humanos?
Referente al conductor: Si voy en su autobús y me molesta el olor de las axilas de un pasajero, o el mal aliento de otro, o lo alto que hablo otra, o cómo mastica chicle otro… ¿puedo decírselo también? ¿Detendrá de inmediato el autobús y le amenazará con llamar a la policía si no se pone inmediatamente desodorante, spray bucal para el mal aliento, no baja la voz o no tira el chicle? Y, en caso de que no lo haga, ¿llamará usted a la policía? ¿Si lo ve vulnerable, a lo mejor sí? ¿Si lo ve fuerte a lo mejor no?
Referente a los agentes…¿ cómo actuarían en estos casos: ¿Les van a poner la nariz en sus axilas para comprobar que es cierto? ¿En su maloliente boca? ¿Les van a pedir que depositen el chicle en su pulcra mano? ¿Les pedirán que le susurren al oído para comprobar que saben hablar bajito? Muy probablemente que no, entonces ¿por qué sí lo hicieron con Eduardo ?
Referente a la actuación más lamentable, la del resto de pasajeros: ¿De verdad que ninguno se alzó para defender a Eduardo? ¿De verdad en el año 2.021 nadie sabe distinguir cuándo una persona realiza movimientos involuntarios porque puede tener autismo o cualquier otro Síndrome? ¿De verdad nos lo tenemos que creer? ¿De verdad seguimos siendo tan cobardes que ante una injusticia de semejante calibre permanecemos pegados al asiento, observando impasibles cómo dos agentes de la policía bajan a una persona con autismo de un autobús, lo cachean y lo dejan tirado en la calle, cual colilla? ¿De verdad emitimos anuncios pidiendo a nuestros niños que sean héroes y denuncien en el colegio las injusticias cuando los adultos somos unos cobardes? ¿De vedad? ¡Qué vergüenza!
Lo correcto hubiera sido que los dos agentes le hubieran explicado al conductor y a los pasajeros el tipo de discriminación que se estaba cometiendo, y ya de paso, proteger a Eduardo, que se sienta arropado y ayudarlo a que se calme. Acto seguido, deberían haber acompañado a Eduardo a su casa, para evitarle continuar en esa situación incómoda. También deberían haber contactado con su representante legal, su madre.
Es lamentable que estemos luchando de una forma incansable para que no haya discriminación, por la igualdad de oportunidades, y que todavía confluyan en un mismo espacio tantas personas con falta sensibilidad hacia una persona con diversidad funcional. ¿Quieren un planeta dónde sólo existan seres perfectos? Pues vayan colonizando otro, porque desde luego, que en este que vivimos, desde el primero, hasta el último, todos tenemos nuestros defectos.
Los grandes genios de la historia siempre fueron personas con algún síndrome, por lo que estamos convencidos que esta “diversidad” no los convierte en inferiores respecto de aquellos que se autodefinen como “los normales”. Por ello, si ven una injusticia de semejante calibre, como la que le ocurrió a Eduardo, no se queden impasibles, álcense y defiendan lo que es justo. Para proteger a las personas con diversidad funcional y para que esas personas “normales con déficit de empatía”, sepan que la época de las cavernas ya quedó atrás.
Efectivamente hay muchísima gente q no conocen estos síndromes, a parte de la cantidad de gente q vive siempre exasperada y q no tienen empatía con nada ni con nadie. Tiran papeles, plásticos, mascarillas, … en la calle. No usan los correctos contenedores. No recogen los excrementos de sus propios perros y vamos a esperar q respeten, y ayuden a personas q no conocen, y q «al parecer no está bien».No es más fácil, sobre todo si lo ves débil, indefenso… expulsar a esa persona Non grata, del recinto donde los demás » Se están comportando.» Necesitan estos síndromes y otros más visibilidad en medios de comunicación,
Gracias por tu comentario. Coincidimos contigo.
Tristemente a veces la ignorancia ,no nos deja ver más alla de nuestras narises y esto que ,uno nunca sabe ,que le puede pasar en el camino de la vida ,todos tenemos boletos ,para un discapacidad por lo tanto ,sino conoce ,pregunte y,si puede ayude ,pero no denigrar a nadie ,viva la inclusión 🙏🏼🙏🏼🙏🏼🇭🇳🇭🇳🇭🇳🇭🇳❤
Roxana, que experiencia dolorosa para Eduardo.
¡Cuánto tenemos para aprender.!
Desde Mar del Plata nuestro abrazo a Eduardo y a sus seres queridos.
Esto impulsa a seguir trabajando, a seguir generando conciencia acerca del respeto que merecen todas y cada una de las personas sea cuál fuere su condición.
Gracias Marta!. Todos unidos a nivel global para defender los derechos de nuestro colectivo.