7 de junio: Lenguaje inclusivo y Tourette
Transformar la mirada en casa y en el aula
Este artículo está inspirado en el workshop internacional “El lenguaje crea la realidad: replanteando el síndrome de Tourette como una fortaleza en casa y en el aula”, impartido por Roxana Apollonio (Asociación Comunidad Valenciana de ST – España), Donatella Comasini (Associazione Italiana Sindrome di Tourette) y Agnieszka Marlec (Asociación Polaca de Tourette), con el apoyo de la asociación internacional TTAG, en el marco Congreso Internacional de síndrome de Tourette Día Internacional de Concienciación del Síndrome de Tourette, organizado por la Sociedad Europea para el estudio del síndrome de Tourette.
Lejos de centrarse en explicaciones clínicas o datos estadísticos, el taller se convirtió en un espacio transformador. Una invitación a mirar, hablar y acompañar desde otro lugar. Un lugar donde el lenguaje deja de ser una herramienta de etiquetado para convertirse en una llave que abre posibilidades. Porque las palabras no solo describen: crean mundos.
Cada 7 de junio se conmemora el Día Internacional de Concienciación del Síndrome de Tourette, una fecha que nos invita no solo a visibilizar esta condición, sino también a dar voz a quienes la viven en primera persona: niños, adolescentes, adultos y familias que, cada día, desafían los estigmas sociales desde su experiencia vital.
En ese marco, cobra especial relevancia el lenguaje que usamos para nombrar, explicar y representar el Tourette. Porque las palabras no son neutras. A través de ellas transmitimos creencias, legitimamos miradas y damos forma a la realidad compartida. Y así como el lenguaje puede perpetuar prejuicios, también puede abrir caminos hacia el reconocimiento, la inclusión y la dignidad.
Este artículo —inspirado en el workshop internacional «El lenguaje crea la realidad»— se inscribe dentro de un movimiento más amplio: el de los procesos sociales de transformación, donde cada cambio en la forma de hablar refleja y posibilita un cambio en la forma de convivir. Nombrar desde el respeto es ya una forma de justicia. Y construir nuevas realidades empieza, muchas veces, por atreverse a decirlas.
Nombrar desde la dignidad
El lenguaje que utilizamos a diario tiene el poder de moldear la realidad. Cuando se trata del síndrome de Tourette, muchas veces se cae —sin querer— en expresiones que limitan, estigmatizan o refuerzan prejuicios. Palabras como «trastorno», «enfermedad», «conducta inadecuada» o «no controla nada» no solo afectan la forma en que los demás ven a la persona: también influyen en cómo esa persona llega a verse a sí misma.
Durante el workshop, se propuso un ejercicio revelador: tomar frases comunes centradas en los déficits y reformularlas desde un enfoque basado en fortalezas. Así, en lugar de decir “no presta atención a nada”, se propuso: “tiene una mente curiosa que necesita el foco adecuado”. En vez de “es desorganizado”, se dijo: “tiene un pensamiento creativo y está desarrollando estrategias para organizarse”.
Este giro no es cosmético. Es estructural. Porque transforma el juicio en reconocimiento, y la etiqueta en potencial.
Escuelas que acogen, lenguajes que empoderan
Uno de los ejes del taller fue el ámbito educativo. Allí, donde se espera que niños y adolescentes aprendan y se desarrollen, muchas veces se encuentran con entornos que no comprenden su forma particular de procesar el mundo. No porque falte buena voluntad, sino porque el lenguaje escolar sigue anclado a modelos normativos.
Hablar de “alumno conflictivo”, “problema de conducta” o “incapacidad de adaptación” no solo invisibiliza las causas de fondo, sino que instala una narrativa que excluye. En cambio, cuando se reconoce que una persona “está desarrollando estrategias para regular sus emociones” o “está encontrando su lugar dentro del grupo”, lo que se transmite es confianza, humanidad y posibilidad de evolución.
Crear entornos inclusivos no implica negar las dificultades, sino acompañarlas desde un lenguaje que construya pertenencia. El Tourette no necesita ser silenciado ni corregido: necesita ser comprendido y acompañado con respeto.
Neurodiversidad: una mirada más amplia
El enfoque de la neurodiversidad —presente a lo largo de toda la jornada— propone dejar atrás las categorías de “normal” y “patológico” para abrazar la idea de que hay múltiples maneras válidas de sentir, pensar, aprender y estar en el mundo.
Desde esta perspectiva, el síndrome de Tourette no es una falla en el sistema nervioso, sino una variación natural de la condición humana. Y como toda variación, viene acompañada de retos y también de recursos únicos. El desafío no está en “corregir” a la persona, sino en ajustar el entorno para que pueda desplegar su potencial.
Aquí, el lenguaje cumple una función esencial: puede ser herramienta de adaptación o de exclusión. De ahí la importancia de elegir con cuidado nuestras palabras. Porque decir “tiene una personalidad difícil” no es lo mismo que decir “tiene opiniones firmes y está aprendiendo a flexibilizarse”. En una frase hay juicio; en la otra, proceso y crecimiento.
Una tarea colectiva
Este taller no terminó cuando se cerró la sala virtual o presencial. Su verdadero impacto comienza cuando cada docente, familiar o profesional se lleva estas ideas a su práctica diaria. Cuando se deja de hablar de “casos” y se empieza a hablar de personas. Cuando el discurso clínico cede lugar a la escucha activa y al reconocimiento de la singularidad.
El lenguaje inclusivo no es una cuestión de corrección formal. Es una forma de habitar el mundo con más conciencia, más empatía y más justicia.
Y en el caso del Tourette, es también una forma de hacer lugar a una vivencia que durante años ha sido silenciada, reducida o malinterpretada.
Nombrar diferente es acompañar mejor.
Y eso, sin duda, puede transformar vidas.
Te animamos a que en los comentarios reformules las siguientes frases:
Frase tradicional | Reencuadre basado en las fortalezas |
Ejemplo: Es demasiado emocional | Siente profundamente y está aprendiendo a regular las emociones |
No tiene control sobre los impulsos. | |
Es muy desorganizado | |
No entiende las cosas como los demás | |
No sabe cómo comunicarse bien | |
Solo piensa en sí mismo | |
Tiene una personalidad difícil | |
No tolera la frustración | |
Es lento para aprender |